Nuestra espiritualidad es encarnar los sentimientos del Corazón de Jesús por medio de la acción del Espíritu Santo.

Ser una expresión de la Misericordia de Dios. Amor de imitación y respuesta, expresado en hechos y palabras.

Esta espiritualidad da origen a 3 vocaciones

1. Vocación a la oración

Búsqueda de una relación personal con Jesús. Contemplación de su Sagrado Corazón por medio de una unión profunda para conocer y experimentar íntimamente su amor por el Padre y vivir la expresión máxima de ese amor por los hombres: La Misericordia Divina. Adoración de Su Presencia Viva en la Eucaristía, en una relación personal, asimilando los sentimientos de Su Corazón.

2. Evangelización

Como testigos de Jesucristo muerto y resucitado, a través de la predicación, retiros, encuentros, cursos, grupo de oración y seminarios. Sanación interior. Renovación de la vida consagrada.

3.Transformación en Cristo y vida de santidad

Poseídos y conducidos por el Espíritu Santo. Vida profunda en el Espíritu para llegar a ser la presencia viva de la misericordia del Corazón de Jesús. Reproducir en nosotros la imagen de Jesús.

Para vivir a plenitud nuestro carisma, debemos hacer nuestra la experiencia vivida por nuestros fundadores: el Amor Misericordioso que brota del Corazón de Jesús, sus sentimientos.

Responder al llamado personal con Dios, viviendo el carisma en nuestras propias vidas.